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miércoles, 15 de diciembre de 2010

La Güestia


Asturias es uno de los sitios mágicos de España, ven y pasea por sus bosques; quien sabe, quizás durante la noche de san xuan te hechice una xana, o un pastor, y no puedas abandonar nunca más estas tierras...
La Güestia es un cortejo de almas en pena, que portan huesos encendidos a modo de cirios, para alumbrarse, y se cubren con sudarios blancos.
También se llama Huestia, la Buena Gente y la Santa Compaña.
Estas procesiones salen de los cementerios para ir a visitar a las personas próximas a morir, mientras caminan van tocando una campanilla y cantando una salmodia ininteligible.
Este ritual lo observan durante tres ocasiones, al término de las cuales el enfermo muere.
Quien se encuentre con la Güestia y no tenga sitio dónde ocultarse, ha de trazar un círculo en el suelo e introducirse en él. Este círculo es siempre respetado por la nocturna comitiva.
En esencia se trata de una procesión de almas en pena, difuntos que por lo mezquino de sus vidas, vagan eternamente vestidos con mortajas blancas y llevando cada uno dos velas encendidas en la mano, aunque en algunos lugares aseguran que lo que llevan son huesos presumiblemente humanos; van caminando en doble fila; también es habitual verles rondar el atrio de las iglesias gimoteando y el que va abriendo el cortejo toca en silencio una fúnebre campana
El objetivo de la güestia es evidentemente proselitista: llegar a la casa de un enfermo con mala conciencia de su vida, rodearla tres veces en completo silencio y al terminar la última, echarse a llorar amargamente, apagando las velas para que el enfermo muera de penas y pase entonces su alma a engrosar las filas de la güestia, apareciendo entonces su imagen en el ataúd que antes portaban vacío cuatro de los espectros; la ronda suele durar siete noches en las que los vivos sólo escuchan lamentos tristes y lastímeros gemidos
La güestia suele murmurar cuando ronda cerca de las huertas:
"cuando yéramos vivos, andábemos a figos,
y agora que tamos muertos, andemos por estos güertos
¡andar, andar, hasta el tueru la figar!"
y cuando alguien despistado se cruza con ella se la suele oír rechinar:
"andai de día, que la nuechi ye mía"
en asturias recibe muchos nombres, así está la güáspida, la estantigua, la huóstiga, la hostia vaqueira, la burra parda,...
para evitar el peligro de que al pasear por la noche te encuentres cara a cara con la fúnebre comitiva y te lleve consigo, hay una serie de remedios:
1) lo fundamental consiste en no entrar a formar parte del séquito de la güestia
2) dibuja en el suelo rápidamente el círculo de salomón con una vara de olivo bendecida en domingo de ramos
3) métete dentro del círculo y no mires ni salgas de él hasta que la güestia haya pasado
4) a falta de lo anterior también vale salir poniendo los pies en polvorosa


El Diaño Burlon

El Diaño burlón
El Diañu burlón puede adoptar la figura de caballo, de vaca, de carnero o de cualquier otro animal, incluso de bebé humano, y despliega su actividad durante la noche, asustando al caminante que anda a deshora, desorientando al campesino que busca el ganado perdido, incordiando al molinero que maquila a la luz de la luna o burlándose de los mozos que regresan tarde de la fiesta. entre sus travesuras más comunes cabe citar la del burro blanco que se ofrece como montura al caminante y que una vez montado crece y crece sin cesar, el caballo que después de una galopada infernal devuelve al jinete al mismo lugar de donde partió, le arroja de cabeza al río o le quema los pantalones; el cabritín aterecido de frío que una vez llevado a casa y secado al lado del fuego se burla de su benefactor; el perro negro que persigue al caminante; el sapo que corre más que el caballo y su jinete; el bebé que juega desnudo sobre la nieve...y un sinfín de ruidos, luces misteriosas y otros fenómenos inquietantes que atemorizan al caminante nocturno. " No existe concejo donde no hayan ocurrido casos como éste o parecidos. Y hasta se citan con los nombres de las personas que fueron burladas por este espíritu travieso ", afirmaba Aurelio de Llano en 1922.
La figura del diañu burlón es una figura sumamente compleja, que por un lado parece haber absorbido atributos de diversos duendes y genios menores especializados en distintas tareas ( como, por ejemplo, impedir la roturación de terrenos y cavadas en el monte, causar aludes de nieve y argayos de tierra, trenzar las crines de los caballos, estropear las redes de los pescadores u oprimir el pecho del durmientes hasta casi ahogarle ), que bajo distintas denominaciones se dan en otros lugares de Europa. Y, por otro lado, se confunde con la imagen omnipresente de Satán, Señor de los Infiernos, cuya figura demoníaca constituye la encarnación del mal propagada por la Iglesia Católica.
Sin embargo, y al igual que en otros pueblos europeos, el siañu burlón asturiano es un genio bromista y hasta cierto punto divertido, que disfruta burlándose de las gentes con sus travesuras nocturnas.

Los Malinos

Diablecos y Malinos
En Asturias, estos duendes familiares reciben el nombre de Malinos, en la zona oriental y Diablecos, en la zona occidental.
Se dice que nacen de los huevos de gallo incubados entre estiércol durante siete años, que tienen poder para adivinar el pasado y el porvenir, que son capaces de realizar trabajos imposibles y que sus dueños los guardan en una cajita de madera o en un alfiletero. También se cuentan historias de segadores que los guardan en el mango de sus hoces para que sieguen los campos mientras ellos duermen la siesta. En ocasiones pueden introducirse en el cuerpo de las personas mediante el agua o la comida, provocando enfermedades diversas y posesión demoníaca, en cuyo caso hay que recurrir a un sacerdote para que practique un exorcismo a la persona afectada.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Las Chalgas

Las Chalgas o Yalgas
La referencia a las "Chalgas" o tesoros escondidos es algo consustancial con nuestra tierra asturiana, ya que no hay pueblo o aldea, por remotos que sean, donde no se hallen leyendas de tesoros escondidos, casi siempre atribuidos a los moros.
Aunque en las descripciones de los primeros estudiosos se utiliza el nombre para los tesoros, mientras a las jóvenes doncellas que los custodian son conocidas como atalayas, -el introductor del término parece ser Juan Meriéndez Pidal, al que luego sigue Rogelio Jove y Bravo, mientras los pioneros Laverde y Agüero no las nombran específicamente -los estudios posteriores asimilaron el término a ambos y las hacen prácticamente semejantes a las xanas, por su singular belleza y juventud, aunque parece que se diferencian de éstas en que las jóvenes doncellas son seres humanos encantados, mientras que las xanas no están siempre encantadas. Debido a su penosa situación, presentan habitualmente una expresión de gran tristeza, cantando bellas, pero melancólicas canciones, mientras el cuélebre permanece atento a sus movimientos, excepto el día de San Juan, en que entra en un sopor irresistible, momento en que se les puede desencantar.

Alvarez Peña, considera que se está llegando a una confusión entre la denominación del tesoro y de la doncella, matizando que el término "Chalga" se refiere solo al tesoro custodiado por ellas, que serían, por deducción de noticias recogidas en Piloña, etc., princesitas encantadas o moras castigadas por su infedilidad o apostasía, de acuerdo a múltiples noticias. El mito suele estar relacionado con un contexto "pre" o "protohistórico" (presencia de cuevas, dólmenes, túmulos, etc.), como hemos podido constatar en la llamada Cova dos Mouros (Boal) o en el castro del Monte das Coroas, en La Roda (Tapia).
Para algunos de los modernos estudiosos del folklore tradicional asturiano, como Xuan X. Sánchez Vicente y Luciano Castañón, el mito no es más que una mixtificación, un invento erudito, acusación muy habitual en estos temas donde los testimonios se van haciendo tan vaporosos como las mismas doncellas.

En cambio, Ramón Baragaño, aún dudando de su pertenencia real al patrimonio astur, considerando que es posible que los pioneros hallan engrosado el mismo con mitos de regiones fronterizas a la nuestra, considera discutible la tesis reduccionista de nuestros mitos, abanderada por el anterior, muy en la línea de los "puristas", que inició el inolvidable Aurelio del Llano, y define las "chalgas" como jóvenes hermosas que viven en palacios encantados, guardando enormes tesoros, pudiendo desencantarse en la mañana mágica de San Juan, ya que el cuélebre se duerme profundamente. Siguiendo el hilo argumental de los primeros estudiosos, como Tomás Cipriano Agüero, describe la escena considerando que las jóvenes doncellas se aparecen rodeadas de una tenue llama, que se puede apagar con una ramita de sauce -el valor profiláctico del sauce era conocido desde la más remota antigüedad; su concreción clínica actual se da a través del ácido acetilsalicílico, popularmente la aspirina-; cuando la llamita se apaga, el camino se abre para el intrépido joven, que penetra en la cueva siguiendo a la bella doncella, a la que ase por el ceñidor de su talle, hasta que llega al tesoro. Gumersindo Laverde, coetáneo del anterior, había añadido a la anterior descripción algunos detalles nuevos, tales como que las jóvenes, que considera son algo menos bellas que las xanas, están custodiadas por cuélebres y la causa de su encantamiento y consiguiente desgracia han sido algunas faltas.
Nuestra tesis es la de mantener, a falta de pruebas más contundentes, éste y otros mitos en el catálogo tradicional, bien que con el rótulo de "dudosos". Y es que, en su incesante rastreo por toda la geografía asturiana, Alvarez Peña ha podido documentar algunas leyendas relacionadas con estas jóvenes doncellas, significativamente diferentes de las vinculadas a las xanas. Así, al citado autor se le debe la transcripción de la bella historia que le refirieron en Perlunes (Somiedo), en que una joven doncella encantada le dice al paisano que aparecerá como serpiente y se le enroscará y que si no le teme y cita a Dios o los Santos, haga lo que haga, poseerá sus tesoros. El paisano superó el susto inicial, pero al ver que se le enroscaba y le silbaba ya en la cara, recurrió a Dios y la serpiente y el tesoro se esfumaron. En el área citada, este autor recoge la leyenda de los tres besos a la culebra, que es mucho más habitual en toda el occidente asturiano (lo hemos hallado con mínimas variantes en lugares tan distantes como Vegadeo y Valdés). Actualiza también el referido autor la conocida leyenda del lago somedano, donde hay un mundo subterráneo mágico donde una reina encantada guarda sus tesoros, con ayuda de fieros cuélebres.

El Busgosu

El Busgosu
El Busgosu es un ser mitológico controvertido, cuya presencia en el panteón mitológico asturiano ha sido negada por algunos folkloristas como Aurelio de Llano, ya que aparte de su mención en fuentes literarias de dudosa procedencia, no ha dejado rastro alguno en leyendas o relatos de la tradición oral.
De ser cierta su existencia, el Busgosu sería el Señor del bosque, un personaje de aspecto semihumano, cubierto de pelo, com patas y cuernos de cabra, cuya figura se correspondería con los faunos, silvanos y sátiros de la mitología clásica grecolatina. Se dice que rapta a las mujeres para gozar de ellas en su guarida y que siente gran aversión por los cazadores y los leñadores, a los que trata de espantar o extraviar si se adentran en sus dominios.
En Asturias, y según el testimonio de distintos folkloristas, recibe el nombre de Busgosu, Mofosu y Vellosu, apelativos que hacen referencia a un cuerpo cubierto de pelo o de musgo. Entre sus parientes más próximos se encontrarían el Musgosu cántabro y el Basajaun o Señor de los bosques de la mitología vasca.

El Nuberu

nuberu
Conocido también como ñuberu, nubleiro, renubleiro o Xuan Cabrita, según los lugares, el Nuberu es el genio conductor de la nube y la tormenta. Se dice que lleva el agua para los campos de los amigos y la piedra ( el granizo ) para los de los enemigos, y es capaz de arrasar cualquier cosa, incluso un bosque de carbayos centenarios, en una sola descarga. A pesar de su enorme poder destrucotr, se le puede exconxurar para impedir que descargue en las casas y los sembrados y enviarlo " a sierras peladas ", allá " donde ni el gallo canta ni la gallina cacarea, donde ni el arador ni el sembrador obtuvieron semilla ni nada es de nombrar ", según reza el viejísimo conjuro de la pizarra gótico-latina de Carrio ( Villayón ), datada en el siglo VII.
El Nuberu asturiano tiene nobles antecedentes en la mitología greco-latina. Así, en la Grecia clásica, adoraban a Zeus, el soberano de los hombres y de los dioses, que además de presidir el olimpo, provocaba la lluvia, lanzaba el rayo y el relámpago y dirigía las tormentas. Los romanos lo identificaron con Júpiter, señor del cielo, de la luz diurna, del tiempo atmosférico, del rayo y del trueno. Por su parte, los celtas adoraban a Taranis, dios del rayo y del trueno y protector de los guerreros, y los germanos a Wotan, dios del trueno que cabalga sobre las nubes. no pocos topónimos asturianos están relacionados con estas divinidades del rayo y el trueno cuyas denominaciones penetraron en distintas oleadas. Así, el pico Sueve ( Colunga ), la pena Sobia ( Teberga ) y piedra Xueves ( Somiedo ), derivados de Jovis ( Júpiter ); Tarañes ( Ponga ), Táranu ( Salas ) y Tarañosdiós ( Cangas de Onís ), derivados de Taranis; incluso, Godán ( Salas ), posible derivado de Wotan.
Al Nuberu asturiano se le describe de diversas, pero predomina la apariencia física de hombre barbudo ( de muy elevada o muy corta estatura, según los casos ), con la ropa chamuscada y cubierto con un sombrero negro de ala ancha, que a veces desciende a tierra etre la niebla y solicita algún tipo de alimento o ayuda a los pastores de los puertos. Es un ser agradecido y suele corresponder a la hospitalidad de los campesinos, bien auxiliándoles cuando por causa del servicio militar o por algún golpe de fortuna tienen que aventurarse por tierras de África - que es donde vive el nuberu asturiano - o bien librando sus sembrados de la tormenta o avisándoles para que recojan la cosecha antes de que descargue la nube.
Al Nuberu se le puede esconxurar volviendo un carro de avieso, es decir, del revés, o tocando las campanas de determinadas iglesias o capillas que tienen poder de ahuyentarle. También algunos curas tienen el poder de esconxurar al nuberu leyendo libros sagrados o arrojando un zapato contra la nube. en este último caso, el nuberu suele descargar la piedra de granizo allí donde cae el zapato. Además de estos esconxuros, específicamente ditigidos al nubero, existen otros procedimientos para desviar la tormenta y proteger las casas y haciendas de los campesinos, como quemar laurel bendito, sacar la pala del horno y el rodabiellu y ponerlos en cruz fuera de la casa, quemar velas teneblinas bendecidas el día de jueves santo, colocar instrumentos cortantes, hachas y cuchillos, con el filo puesto hacia la nube, e invocar a determinados santos como Santa Bárbara o San Bartolomé con plegarias y conjuros. En algunas leyendas, sobre todo del occidente de Asturias, se dice que los nubleiros bajan a tosquilar las cabras antes de fraguar las tormentas, y que por eso cada piedra de granizo que cae al suelo tiene dentro un pelo de cabra.

martes, 30 de noviembre de 2010

Las Xanas

Las Xanas son divinidades acuáticas que habitan en las fuentes, arroyos y lagunas. Su apariencia física es de gran belleza y sólo se muestran al amanecer, preferentemente en la noche de San Juan, peinando sus cabellos con peine de oro. Son poseedoras de grandes riquezas y espléndidos ajuares que tienden a secar sobre la hierba, y en ocasiones aparecen acompañadas de gallinas con pollos de oro.
La creencia en estos seres acuáticos se extiende por toda Europa, siendo conocidos bajo diversos nombres y figuraciones: donas y mouras, en Galicia, encantadas y encantadoras en el suroccidente de Asturias, xanes en la zona central de Asturias, inxanas en el oriente asturiano y anjanas en Cantabria, lamias y lamiñak en el País Vasco, donas d'aigua en Cataluña e Islas Baleares; y ya fuera de España, las jans, portuguesas, las fairies irlandesas, las korrigans bretonas, las aguane italianas, las nereidas griegas, las fées francesas, las fenetten alemanas, las rusalki rusas, las nixies nórdicas, etc., que remiten a una antigua divinidad de origen indoeuropeo y a creencias hidrolátricas en torno a una diosa-madre acuática que ha dejado numeroros vestigios en la toponimia asturiana.

Así, por ejemplo, El Pozu l'Encantu, en Bustantigo ( Allande ), La Sienda de la Encantada, en Xiyón ( Cangas del Narcea), Pena la Encantadora, en Irrondo ( Cangas del Narcea), Fonte Xania, en Bisecas ( Salas ), Fonte la Xana, en Quintanal ( Miranda ), la Cueva la Xana, en La Mata ( Grau), el conocido desfiladero de las Xanas, entre Quirós y Santo Adriano; Fonte la Xanuca, en Vidriera ( Llanera ); Peña Xanes, en Cuerries ( Piloña ); Fuente les Encantaes, en Tanes ( Caso ); Fuente de las Conxanas, en Felechosa ( Ayer ); o Cueva de la Injana, en Noriega ( Ribadedeva ).
En algunos lugares de Asturias, principalmente en la zona occidental, se atribuye a las xanas o encantadas la formación de fanas o argayos, basándose en la creencia de que cuando finaliza el tiempo del encantamiento se produce un desprendimiento de terreno que arrastra a la encantada con todos sus tesoros hasta el cauce del río más próximo que, finalmente, habrá de conducirla al mar donde tendrá su última morada. Así, por ejemplo, la leyenda de formación de la Fana de Genestaza ( Tineo ), de la Campa l'Asquena o de Veiga la Piedra ( Cangas del Narcea).

Las xanas son dueñas de fantásticos rebaños de ganado que sacan a pastar en la noche de San Juan y que desaparecen tras ellas por el ojo de la fuente al rayar el alba, custodian fabulosos tesoros que reservan como premio a quien sea capaz de romper su encantamento, pueden convertirse en formidables serpientes y son forjadoras de linajes de naturaleza divina, como el apellido asturiano de los Miranda, cuya leyenda fue recojida por Tirso de Avilés ( 1517-1599 ).

En su obra Armas y linajes de Asturias y antigüedades del Principado, refiere cómo el fundador de la casa de Miranda casó con " una doncella encantada, en demasía hermosa, y en ciertos días del año se tornaba sierpe, en la cual tuvo un hijo y una hija, y al cabo de algún tiempo supo él cómo tornaba sierpe, y aguardóla y ella por entender que él la había visto en aquella figura, tomó los hijos debajo de los brazos y fuyó y pasando un río acaeció que se le cayó la hija, la cual casó con aquél do vienen los del linaje de Miranda". Esta leyenda asturiana entronca con la leyenda francesa del hada Melusina y el señor de Lusignan, compilada por Jean d'Arras en el Roman de Melusine, en la segunda mitad del siglo XIV, en el que Melusina imponía a su marido la condición de no ser vista durante el cual recuperaba su aspecto de serpiente. Pero un día su marido incumple la norma y Melusina se transforma en serpiente alada, mientras que su esposo se retira a un yermo. Según esta leyenda, diversas casas nobles de Francia estarían emparentadas con su linaje. La leyenda melusiniana tuvo amplia difusión en el norte de la península Ibérica a lo largo de la Edad Media, en la que linajes nobiliarios como el de los señores de Vizcaya- según relato del conde de Barcelós en el siglo XIV- se creyeron engendrados a partir de mujeres acuáticas.

Y también durante siglos se creyó que la familia de los Mariños, oriunda de la isla de Lobería ( La Coruña ), fue engendrada por un marino gallego que pescó una sirena con la que tuvo descendientes que durante generaciones se revelaron como grandes marinos y buenos nadadores.
Asimismo, varias joyas supuestamente procedentes de los tesoros custodiados por las xanas son hoy objeto de culto litúrgico en algunas iglesias asturianas, como los cálices de oro y plata de Santiago de Aguino ( Somiedo ), Santo Cristo de la Barca ( Tineo ), LA Virgen de la O en Vidural ( Navia ), Santa María de Bisecas ( Salas ), y Santa María de Villanueva 8 Teberga ), las campanas de las iglesias de Genestaza y Pontecastro ( Tineo ) o el manto que cubre las imágenes de Santa olaya en Bixega ( Miranda ), y de San Mateo en Monasterio de Hermo ( Cangas del Narcea ), de los que se dice que fueron cogidos por un lugareño aprovechando el momento en que la xana los sacaba a solear y que, viéndose perseguido por ésta y ya sin escapatoria posible, se salva en el último momento invocando al santo de la parroquia y ofreciéndole la posesión de la prenda robada.


Hay un largo etcétera de relatos-tipo que han poblado desde hace siglos la imaginación y las creencias de nuestros antepasados y que aún hoy- lejos de ser el eco fosilizado de un pasado remoto y precristiano- se manifiestan como creencia viva y actualizada en múltiples variantes locales que se extienden por toda Asturias.

El Cuelebre

El CUÉLEBRE
El Cuélebre es un animal fantástico con cuerpo de serpiente y alas de murciélago, su cuerpo está lleno de escamas y tiene una larga cola. Se asemeja a un dragón o una serpiente alada. Emite unos silbidos muy molestos siendo muy temido por los hombres que viven en las proximidades de su guarida, los cuales, para darle caza, han de atravesarle en la garganta que es su único punto vulnerable, pues esas escamas que protegen su piel son excesivamente duras y resistentes..
Vive en los bosques y cuevas y en la orilla de los ríos. Su labor es guardar a las xanas y proteger los tesoros. Se alimenta de personas y ganado y cuando llega el fin de su vida terrenal se va a morir al mar, en cuyas profundidades custodia tesoros durante toda la eternidad

lunes, 29 de noviembre de 2010

El Trasgu

EL TRASGU
Es un duende de orejas picudas que tiene un agujero en su mano izquierda.
Viste casaca y polainas y se adorna la cabeza con un gorro colorado.
Vive en las casas de las aldeas, su sitio favorito es la cocina ya que en ella encuentra todo tipo de cacharros para hacer sus travesuras. Es muy astuto y solo sale por las noches cuando todos duermen, esconde los cacharros y come todo lo que le apetece sobre todo boroña, y arroz con leche.
Arma tanto alboroto en la casa que nadie puede dormir.
Si los habitantes de la casa cansados de no poder dormir deciden irse de la casa. El no se queda y se va con ellos.
Por eso muchos venden la casa contodo y con duende